Variaciones de clima aumentan las infecciones respiratorias

Si tiene una gripa, protéjase para evitar complicarse, pero también tome medidas para no contagiar a otros.

Las condiciones extremas del clima que se presentan en diferentes ciudades, países y regiones del mundo, con bajas temperaturas cercanas a cero grados en las madrugadas y altas temperaturas y poca nubosidad durante el día, como sucede en capitales como Bogotá (Colombia) por estos días, son un ambiente propicio para la circulación de diversos virus y con ello el incremento de infecciones respiratorias.

Expertos de la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá afirman que esos “descensos significativos en la temperatura también provocan que el material particulado contaminante permanezca más cercano al suelo y afecte la calidad del aire”.

Así las cosas, hay un mayor riesgo de enfermar, y este se incrementa en los extremos de la vida, es decir, en los bebés y niños menores de 5 años, y en los adultos mayores, quienes según las evidencias clínicas, son más vulnerables a las infecciones respiratorias. Hay que ser todavía más cuidadosos con los bebés que tengan oxígeno permanente o antecedentes de prematurez, bajo peso al nacer o desnutrición.

En general, como explica el Secretario Distrital de Salud, Alejandro Gómez López, es el momento de incrementar las medidas de prevención, estar abrigados y evitar la exposición a las condiciones extremas, especialmente, quienes padecen bronquitis crónica, asma bronquial o enfisema pulmonar.

Resulta fundamental cuidarse, pero también evitar transmitir las infecciones respiratorias a otros, y por ello, la Secretaría de Salud recomienda:

• Utilizar tapabocas si tiene tos o gripa.
• Evitar los cambios bruscos de temperatura.
• Asegurarse de que los niños menores de un año y los adultos mayores tengan completo su esquema de vacunación.
• Consultar oportunamente al médico si se identifican signos de alarma.
• Alimentar a los bebés con leche materna de forma exclusiva sus primeros seis meses de vida, y luego hasta los dos años junto con los alimentos complementarios.

Personas con problemas de desnutrición, inmunodeficiencias de base o bebés prematuros son más propensos a complicarse por una infección respiratoria. La prevención es la clave.

No tosa en público

La doctora Marcela Murillo Galvis, pediatra de la Pontificia Universidad Javeriana y especialista del servicio de hospitalización del Hospital Universitario San Ignacio (HUSI), insiste en la necesidad de contribuir a reducir el riesgo de infecciones respiratorias (gripas, otitis media aguda, rinofaringitis, laringotraqueitis, group, neumonía). Una de las medidas más efectivas es la concientización: “Si tiene una infección respitatoria y va a un servicio público o está con niños o trabaja con ellos, hay que utilizar tapabocas”.

Si tose, no utilice la mano, porque ahí queda el virus, que no solo sobrevive en mucosas, sino en superficies hasta por 30 horas; y de ahí va a otras personas que toquen esa superficie y así puede seguir una larga cadena de contagios.

El complemento ideal es hacer un lavado óptimo de las manos cada vez que se suene o tosa o esté en contacto con personas que tienen una infección respiratoria.

Atento a los signos de alerta

Para la doctora Marcela Murillo Galvis, una gripa que dure más de ocho días ya no es una gripa, y por eso se debe estar atento a esta situación y a los signos de alerta, por ejemplo, si el paciente tiene fiebre persistente, aletea la nariz (respiración de un conejo), empieza a tornarse morado alrededor de los labios o empieza a hacer dificultad respiratoria, en cuyo caso hay que acudir de urgencias.

Por ningún motivo se automedique, y menos antibióticos, porque estos deben ser recetados por el médico, no por el vecino o amigo, ni por el padre de otro niño de la misma edad del suyo. Esto es un grave error que puede traer consecuencias nefastas.

Hay que generar la conciencia: una gripa es causada por virus, no necesita antibiótico; pero si aparecen los otros signos de alarma, eso ya no es una gripa y hay que consultar con el pediatra o con el médico, y él definirá cuál es el tratamiento más indicado.

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