Colombia y otros países de la región quieren acercar la cultura y las tradiciones a la gente y apoyar el talento en todas sus formas, como motor de la economía y el desarrollo.
Un mundo en donde la cultura sea un pilar importante para la economía y el desarrollo es al que le apuestan diversos países, que cada vez se crean más epicentros culturales que velan porque la danza, el arte, la música, la pintura, entre otras manifestaciones artísticas, se preserven con el paso de los años, y de una u otra manera lleguen a ser grandes referentes a nivel internacional sobre lo que los identifica.
Grandes ciudades del mundo como Berlín, Londres, Barcelona, Washington, y para no irnos tan lejos, en Latinoamérica ciudades cómo Buenos Aires y CDMX, son hoy grandes referentes culturales de la región gracias a los espacios que ofrecen para la expansión de las dinámicas culturales, y por la manera masiva de movimiento de consumidores del arte.
A su vez en Europa, países como España, Francia e Italia, sacan sus economías a flote gracias a su alta oferta cultural. Para Latinoamérica, países como Argentina y Brasil son considerados las mejores plazas para conciertos, reforzando estos ejemplos la idea de que mientras más inversión tengan los espacios culturales, mayores beneficios trae al desarrollo de un país.
Otros ejemplos de esta tendencia son los distritos teatrales de Broadway, en Nueva York, y The West End, en Londres, espacios que desde mediados del siglo XX hasta la fecha se han convertido no solo en centros del teatro mundial, presentando desde musicales hasta obras de teatro clásico con rotundo éxito, y que hasta antes de la pandemia eran importantes fuentes de ingresos por el turismo cultural que generaban.
Además de sus distritos teatrales estas ciudades también ofrecen grandes espacios para el cine, como el Lincoln Center, en Nueva York, donde colindan el cine, la ópera y la música clásica en diferentes espacios, abiertos o cerrados, con temporadas exclusivas, cine independiente y festivales internacionales de gran prestigio.
En Londres está el British Film Institute, que ofrece gratuitamente, con reserva previa, la oportunidad de ver documentales cinematográficos e históricos en su videoteca particular, ademas de contar con grandes espacios para apreciar desde los clásicos del cine de culto hasta nuevas propuestas artísticas de jóvenes directores, tanto británicos como internacionales.
A la par de las grandes ciudades
En Suramérica, países como Colombia no se quedan atrás. Desde 2005 se unió a la Convención de la Diversidad Cultural de la UNESCO comprometiéndose, junto con otras naciones, a ejecutar acciones que permitan salvaguardar la diversidad cultural de cada país, con la idea principal de ampliar la base social de las artes, a partir de que cada vez más personas sientan identificadas y se vayan formando en esas prácticas artísticas, porque en ellas reconocemos el valor cultural.
Con la Ley 397 de 1997 (Ley General de Cultura) también vela por la preservación de todas las expresiones culturales, impulsa y estimula los procesos, proyectos y actividades culturales.
De igual forma, avanza hacia un modelo de desarrollo basado en la creatividad y la cultura, en el que hay que destacar el impacto de los Distritos Creativos, espacios geográficamente delimitados donde convergen la cultura, la creatividad y el emprendimiento, y que son áreas de desarrollo económico, social y cultural.
Colombia cuenta en la actualidad con 42 distritos creativos, de los cuales el 29% se encuentran repartidos por toda Bogotá, con el fin de que los capitalinos puedan acceder a una variada oferta cultural mediante las diferentes prácticas artísticas.
Lugares que fueron epicentro de violencia en el pasado, cómo la calle del Bronx y el club nocturno El Castillo se adaptan para ser nuevos espacios de encuentro para el arte en la ciudad, velando siempre porque la memoria de lo que fue y lo que es ahora se mantenga intacta.
Al respecto, el secretario de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, Nicolás Montero, indica que “los 12 distritos creativos fortalecen los vínculos de trabajo colaborativo entre los creadores y todos los ciudadanos en el territorio, trayendo grandes beneficios a la comunidad”.
Comenta que “cada Distrito Creativo es único, obedece a un tejido orgánico y evolutivo que se enriquece con las dinámicas de colaboración, a nivel público y privado. Son escenarios vivos en los que constantemente se resignifican diversos procesos sociales, culturales y económicos en el territorio”.
El barrio San Felipe, uno de los 12 Distritos Creativos de Bogotá, vivió una fiesta de la cultura, en su VIII Festival de Arte Open San Felipe, con más de 45 espacios entre exposiciones en galerías, talleres de arte para grandes y pequeños; música y gastronomía.
Escrito por Luis Rojas
Estudiante de Comunicación Social Universidad Cooperativa de Colombia
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