🍬 El consumo de productos en mal estado, vencidos, adulterados o en exceso trae consecuencias para la salud. Moderación es la clave.
El ‘Triqui triqui Halloween’ que enmarca las celebraciones de esta semana y en especial las del 31 de octubre en horas de la tarde-noche suele ser muy significativo tanto para los adultos como para los niños, sobre todo para estos últimos, que terminan ‘cargados’ de dulces de todos los sabores, colores, tamaños y motivos.
Esta celebración moderna, también llamada ‘noche de brujas’ y en otros entornos ‘día de los niños’, suele convertirse en motivo de preocupación para las autoridades de salud por todo lo que encierra, en especial por el consumo desmedido de dulces y golosinas, que pueden afectar la salud gastrointestinal, o por el consumo de estos en condiciones poco higiénicas o tal vez vencidos.
En ese sentido, entidades como la Secretaría Distrital de Salud (SDS) han intensificado desde el primero de octubre los operativos de inspección, vigilancia y control en establecimientos que almacenan y comercializan dulces y otros comestibles, con el propósito de evitar riesgos de salud por el expendio de productos en mal estado o adulterados.
Además de decomisar aquellos que no cumplen con las normas, las campañas se centran en la información que llega a las familias, en especial a los padres y cuidadores, para que ellos hagan eco de esta, se informen bien y estén atentos al cuidado de la salud de sus hijos.
Una encuesta realizada por la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) arrojó que un 73% de las personas celebran el Halloween y el 75% de ellos compra dulces para compartirlos con los niños. El 62% ha dicho que los obsequiará en la puerta de sus casas o conjuntos y el porcentaje restante en las oficinas.
Dentro de las recomendaciones a padres y cuidadores, la SDS y el Ministerio de Salud y Protección Social aconsejan:
- Revisar que los empaques y las etiquetas de golosinas, galletas, refrescos y bebidas no tengan alteraciones.
- Adquirir los productos para consumir o para regalar a quienes se acercan a casas o a los locales en los centros comerciales, tiendas y restaurantes, en lugares seguros, de tradición y cuya calidad no esté en duda.
- Consumir y entregar únicamente dulces empacados y de fábrica.
- Fijarse en las fechas de vencimiento y en las condiciones del empaque, cerciorándose de que este no presenta alteraciones o señales de adulteración.
- Desechar los dulces que no estén empacados ni rotulados, o aquellos que tengan un olor, sabor u otras carácterísticas desconocidas o extrañas.
- Los dulces no deben estar decolorados, derretidos o desmoronados.
- Tener en cuenta que los dulces que estén húmedos, que se adhieran al papel o que tengan un olor desagradable no son aptos para el consumo.
- No almacenar golosinas en lugares donde estén expuestos a la luz, al calor o a la humedad.
- No permitir que sus hijos pidan dulces sin la compañía de un adulto responsable.
- También los padres o cuidadores deben supervisar que se haga un consumo controlado de estos productos, para evitar molestias en su salud.
- Si por consumo excesivo de dulces o productos en mal estado, presenta náuseas, dolor abdominal, vómito o diarrea, no se automedique, acuda de inmediato a un servicio de salud.
- De igual forma, debe consultar si tiene antecedentes sobre reacciones alérgicas a un alimento o ingrediente en especial, y presenta alguna reacción al consumir algún dulce o producto. Lo mejor es verificar que no contengan ese ingrediente que le trae consecuencias adversas.
El 40% de quienes celebran esta fecha lo hacen pidiendo dulces en su barrio, 23% en los centros comerciales, 13% en una discoteca, 10% en una fiesta casera y 4% en los colegios, según Fenalco.
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