Hacer algunos ajustes en su cotidianidad representa múltiples beneficios para su salud física y mental. La alimentación y el ejercicio son dos de ellos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un estilo de vida saludable como el resultado de una serie de hábitos que permiten “un estado de completo bienestar físico, mental y social”.
Esto implica temas como la alimentación, el ejercicio físico, la prevención de la enfermedad, el trabajo, la relación con el medio ambiente, el descanso adecuado, la recreación y la actividad social.
Si no es su caso, es importante comenzar a analizar cómo lograr ese objetivo de vida sana y realizar los ajustes que se requieren en su cotidianidad. Para empezar, “es fundamental crear conciencia sobre los hábitos que se desean cambiar, las motivaciones que nos moverían a realizar estos cambios y buscar al profesional idóneo para un adecuado asesoramiento en los mismos”, explican la doctora María Paula Alfonso, nutricionista dietista de la Clínica del Country y el doctor Charles Bermúdez, jefe de nutrición y soporte nutricional de la Clínica del Country y de la Clínica La Colina.
Su médico, el primer aliado
Es fundamental que si quiere modificar sus estilos de vida porque considera que va por el camino incorrecto, acuda a su médico, quien le debe realizar una evaluación de su estado actual, para detectar qué problemas tiene, y a partir de estos resultados y de sus hábitos de hoy, realice una asesoría adecuada y le dé las recomendaciones sobre los cambios más adecuados que debe hacer en temas como actividad física, alimentación, descanso y prevención de la enfermedad.
También, podrá remitirlo a profesionales expertos en nutrición, para la prescripción individualizada de alimentación y suplementación nutricional, o al médico del deporte, para profundizar en el tema de la actividad física y el deporte, de tal manera que siga un programa de ejercicio adecuado a sus necesidades, para que evite lesiones y complicaciones derivadas de la mala implementación.
Un consejo clave, afirman los doctores María Paula Alfonso y Charles Bermúdez, es ponerse metas justas, lógicas, y no desenfrenadas, porque “muchas veces cuando se desea cambiar algo, se quieren tener resultados de forma inmediata, lo cual al no lograrse prontamente puede llegar a generar frustración y deserción. En el caso particular de las dietas es bien conocido que cuando hay pérdidas de peso muy aceleradas, generalmente hay una re-ganancia de peso que supera lo perdido. Lo ideal es plantearse, junto al profesional, metas alcanzables y reales a corto, mediano y largo plazo”.
Así mismo, se debe hacer un seguimiento regular para evaluar los progresos y hacer los ajustes que se tengan que hacer en el camino, hasta lograr dichas metas, manteniendo siempre la motivación y el entusiasmo, con los beneficios que poco a poco esto brinda para su salud física y mental.
Lo que no se conseja es copiar lo que hacen los amigos, compañeros de trabajo o familiares que también buscan una vida sana, teniendo claro que cada organismo es diferente, y tenemos requerimientos y condiciones distintas, por lo que es muy probable que lo que a ellos les funciona, puede que a uno no.
Incluso, los doctores María Paula Alfonso y Charles Bermúdez, alertan sobre ese error de copiar lo que otros hacen, y que para uno “puede traer complicaciones, lesiones y problemas derivados de la mala implementación. De ahí la importancia de asesoría individualizada por parte de un profesional idóneo”.
Estrategias que puede implementar para llevar un estilo de vida saludable:
Con los aportes de la doctora María Paula Alfonso, nutricionista dietista de la Clínica del Country y el doctor Charles Bermúdez, jefe de nutrición y soporte nutricional de la Clínica del Country y de la Clínica La Colina, y de la OMS, estas son algunas recomendaciones que le ayudarán a alcanzar el objetivo de tener un estilo de vida saludable:
- Alimentarse bien. Es importante consumir de todos los grupos de alimentos en calidad y cantidad suficiente, lo que permite cubrir las necesidades nutricionales y que el organismo funcione de una manera óptima. La propia OMS aconseja y destaca lo importante que es incluir diariamente proteínas, frutas, verduras, grasas saludables, etc. En este tema, su profesional en nutrición podrá ayudarle a llevar una alimentación de una forma segura y responsable.
- Ejercitarse a diario: La actividad física regular confiere distintos beneficios a la salud, entre otros, la prevención de enfermedades crónicas, como la diabetes, la hipertensión o la obesidad, a lo que se suman sus efectos importantes en la salud mental, emocional, calidad de sueño, prevención de caídas, fracturas y demás.
En la Cartilla ‘Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud’, la Organización Mundial de la Salud, recomienda para los adultos de 18 a 64 años, acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada, o 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación de las dos. Caminar, montar en bicicleta, bailar y algunas áreas domésticas se incluyen entre las opciones. - Evitar sustancias tóxicas como el tabaco y el alcohol: en la actualidad se han estudiado ampliamente los efectos negativos de estos sobre la salud y hacen parte de las principales causas en la aparición de ciertos tipos de cáncer. Así que, absténgase de consumirlos.
- Mantener un equilibrio mental: Hace referencia al bienestar emocional y psicológico. Algunos signos como el estrés, el cansancio, la ansiedad son muestra de que el estado mental no es del todo saludable, y se debe buscar ayuda para aprender a llevar una vida tranquila, a tomar las mejores decisiones ante los problemas, y recibir terapia cuando esta se requiere, de tal manera que le permita encaminar el rumbo de sus relaciones o decidir un cambio de trabajo o incluso organizar su tiempo para que quede espacio para compartir en familia, para relacionarse y para descansar.
- Dormir y descansar lo suficiente. La Academia de la Medicina del Sueño de Estados Unidos (AASM) y la Academia Americana de Pediatría (AAP), aconsejan, para tener una vida sana, que los adultos duerman unas 8-10 horas, aunque esto puede variar en cada caso, es decir, habrá adultos que con seis horas sienten que han descansado y recuperado energías y otros que necesitan 9.
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