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No todo dolor de cabeza es señal de un tumor cerebral

by Ser saludables
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Ante una molestia lo importante es no descuidarse y consultar con el especialista, dialogar con él y atender sus consejos. Un 90 por ciento o más casos no tienen nada que ver con tumores, pero este es importante no descuidar ningún síntoma.

Sentir un dolor de cabeza, por estrés, cansancio o agotamiento, puede ser algo normal y suele desaparecer con descanso y reposo. Pero, cuando esta molestia se vuelve recurrente las personas pueden llenarse miedo y temer lo peor, porque no pueden dejar de pensar que se trata de un tumor cerebral.

La razón de esos dolores repetidos puede estar en una cefalea crónica, siendo la más común la llamada tensional, muy frecuente en las mujeres; pero también puede deberse a una migraña, por mencionar otra causa, pero raras veces a un tumor.

Así lo afirma el doctor Iván Freire, neurocirujano, quien explica que “definitivamente no es cierto que todo dolor de cabeza pueda ser un tumor cerebral”. Un 90% de casos nada tienen que ver con él.

Identificar el tipo de molestia y el momento en que se presenta es definitivo para poder conversar con el médico, porque esa información es necesaria para precisar el diagnóstico y definir un tratamiento. Hay sensaciones que la gente refiere como «punzantes», otras como «parche» en la cabeza o de aparición lenta o brusca, o después de tomar un vino o de consumir alguna comida, y pueden corresponder a alguno de los tipos de dolor de cabeza que existen o a alguna situación no relacionada, por ejemplo, por un defecto refractivo.

Los tumores cerebrales tienen una mayor ocurrencia en la población adulta entre los 40-60 años, y no existe un perfil determinado o rasgos físicos atribuibles en los pacientes.

Además, hay que tener en cuenta que el dolor de cabeza de los tumores cerebrales tiene unas características particulares, dentro de las cuales destaca el doctor Freire: “ser de reciente aparición, continuo, progresivo en intensidad en semanas o meses, de predominio en las madrugadas, que despierta a la persona y que con frecuencia se asocia a vómito, convulsión o déficit neurológico progresivo focal, o sea, una debilidad en una extremidad o en un lado del cuerpo”.

Esto le ha pasado a algunas personas, incluso personajes de la moda, el cine, la televisión, el deporte y la política, algunos con un buen pronóstico, como en el caso del ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, hoy de 94 años y quien en 2015 anunció que le habían descubierto cuatro tumores en el cerebro que al parecer tuvieron origen en otra parte de su cuerpo, y cuatro meses después, informó que estaba curado, gracias a los tratamientos con radioterapia y a medicamentos experimentales.

El ciclista Lance Armstrong , polémico por confesar haber acudido al doping para ganar, presentó un tumor de testículo que hizo metástasis al cerebro, y también logró recuperarse, como lo ha asegurado hoy a sus 47 años de edad.

Lo que debe saber

Es importante tener en cuenta que los tumores cerebrales pueden presentarse a cualquier edad, incluso desde recién nacidos, y no respetan sexo ni condición social. Para el doctor Freire, “tienen mayor ocurrencia en la población adulta entre los 40-60 años y le sigue los niños, no existe un perfil determinado o rasgos físicos atribuibles en los pacientes”.

La causa no esta determinada, pero se sabe que “se presentan en 0,5-1 % de la población, y que puede haber una predisposición a padecerlos, aunque no significa que sean hereditarios”.

Además, no siempre hay síntomas, esta es otra realidad clínica. Así lo explica el doctor Enrique Jiménez Hakim, neurociujano de la Fundación Santa Fe: “Pueden no presentarse síntomas, pero el tumor va creciendo dentro del cerebro. Hay tumores benignos que crecen muy lentamente durante meses o años y solamente hasta que ya tiene cierto tamaño dan síntomas y es entonces cuando el problema está muy avanzado”.

En algunos pacientes, las molestias incluyen la presencia de vómito frecuente en proyectil, es decir, que se viene de un momento a otro y sale a distancia, o “la presencia de déficit neurológico, como debilidad para mover o adormecimiento en un lado del cuerpo, dificultad o cambios en el habla, falta de coordinación al caminar, somnolencia, cambios en la visión o movimientos anómalos en los ojos, zumbidos en los oídos (acúfenos), cambios en la personalidad o en la memoria, entre otros”, precisa el neurocirujano Bernardo Pérez.

Estos síntomas pueden ser causados por un número de factores que incluyen: “Presión aumentada dentro del cráneo, daño del  tejido cerebral, inflamación y acumulación de líquidos (edema) alrededor del tumor, hidrocefalia (a veces llamada ‘agua en el cerebro’), la cual se origina cuando se obstruye el flujo de líquido cefalorraquídeo y se acumula en el cerebro”, agrega el doctor Pérez.

Manejo oportuno

Según el tipo de tumor, la localización exacta, el paciente y otros factores se define el tratamiento. Afortunadamente, el manejo de los tumores cerebrales tiene avances tanto en los aspectos de diagnóstico, como en el tratamiento, siendo los factores mas relevantes para el mejor resultado dos puntos: “un diagnóstico precoz y el tipo de tumor, es decir, el tipo de célula que le dio origen, siendo de peor pronóstico los que se originan de los astrocitos -celulas de soporte de las neuronas-, las metástasis -siembras de tumores de otro órgano por ejemplo tumores de seno, tiroides, riñón- y de mejor pronóstico los originados de la meninges, que son las envolturas del cerebro o de nervios craneales”, agrega el doctor Freire.

Los avances tecnológicos en equipos diagnósticos, pruebas en sangre son fundamentales para el diagnóstico precoz, aunque las técnicas quirúrgicas ayudadas por equipos de precisión como neuronavegador, estereotipia son muy útiles para la mayor resección del tumor.

Esto, porque lo ideal, señala el doctor Jiménez Hakim, es quitar el tumor con cirugía cuando es posible; pero si el lugar es muy delicado y podría causarse más daño que beneficio, lo que se hace es tomar “biopsia, enviarla a patología y saber de qué tipo se trata y definir qué hacer con el resto de tumor que quedó adentro.

En algunos casos habrá que acudir a radio y quimioterapia”, indica el doctor
Jiménez.

El dolor de cabeza recurrente debe ser consultado, pues puede tratarse de una
cefalea crónica, no de un tumor, y debe tratarse.

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