Evalúe si es conciente del proceso y de cómo este ayuda a salvar vidas, al reducir el riesgo de enfermedades diarreicas y respiratorias.
Cada 15 de octubre, desde el año 2008, se celebra el Día Mundial del Lavado de Manos, con el fin de concientizar a toda la población sobre la necesidad de incrementar las medidas de higiene personal y prevenir de esta manera algunas enfermedades.
En este caso, explican expertos de Unicef, se ha visto que este hábito es fundamental en las estrategias para prevenir dos problemas delicados y serios, no solo en la población infantil, como son la Enfermedad Diarreica Aguda (EDA) y la Infección Respiratoria Aguda (IRA), que cada año causan millones de casos de morbilidad y mortalidad en el mundo.
Para la OMS, “enraizar la práctica del lavado de manos con jabón antes de comer y después de usar el inodoro podría salvar más vidas que cualquier vacuna o intervención médica, reducir las muertes por diarrea casi a la mitad y evitar un cuarto de las muertes por infecciones respiratorias agudas”.
“Tanto el adulto que va a manipular un alimento en su hogar, como aquel que está trabajando en el área de salud, o el que llega a cuidar a su hijo después de una jornada laboral, deben lavar bien sus manos, lo que ayuda a prevenir enfermedades transmitidas por virus y bacterias”: Doctora Marcela Murillo.
Un sencillo habito como el de lavarse las manos tiene enormes beneficios
una medida sencilla como esta “salva vidas” y, por eso, el objetivo no es otro que invitar a cada ciudadano, de cada país a asumir su rol protagónico en ese sentido.
“Este es un tema de prevención. Si realmente quiere prevenir, lávese las manos”, explica la doctora Marcela Murillo Galvis, Pediatra de la Pontificia Universidad Javeriana y del Hospital Universitario San Ignacio (HUSI), servicio de Hospitalización.
“Desde mi experiencia personal, es una cultura que se genera, por ejemplo, al llegar de la calle a la casa, o cada vez que uno ve a un paciente, uno mismo se está cuidando (autocuidado) y está protegiendo a los demás”, indica la especialista.
El primer paso debe ser de autorreflexión, para dimensionar los beneficios de esta sana costumbre, y luego extenderlos hacia los demás; lo que se traduce también en un sentimiento de quererse y querer a los otros, y luego esto se convierte en un ‘arma’ importante para la prevención de enfermedades.
Lavarse las manos es la estrategia para ganar la batalla
Hoy por hoy, lavar muy bien sus manos es una estrategia poderosa contra lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama el cambio irreversible y drástico en el mundo moderno, en el que los “patógenos multirresistentes han venido para quedarse” y hay que actuar para no dejarnos vencer, lo que se convierte en un gran reto.
Un desafío, que consiste en “convertir una idea que muchas veces es abstracta en un comportamiento interiorizado y consciente en los hogares, escuelas y comunidades de todo el mundo”.
También esto “podría contribuir de manera significativa a alcanzar la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: reducir en dos terceras partes de las muertes de niños menores de cinco años para el año 2020”.
Pero, insiste Unicef, aliado de esta jornada, se trata de hacer un lavado de manos adecuado, no un simple enjuague rápido, y a la vez menciona unos momentos claves en el día, como antes de cocinar o preparar alimentos y antes de comer y después de ir al baño o de limpiar a un bebé.
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