Danzaterapia: movimientos que llenan de vida

¿Ha probado bailar, deslizarse sobre una superficie al son de una melodía y dejar que lo llene de nuevas emociones? Vale la pena intentarlo por su salud física y emocional.

Diversas expresiones artísticas permiten liberar sentimientos, mejorar sus estados de relajación, desbloquear partes del cuerpo rígidas y cerradas y, en términos generales, le aportan sentido y alegría a su vida, incluso en momentos de enfermedad.

Algunas de ellas, como la expresión corporal, la danza terapia, la biodanza y la danza contemporánea no solo son formas de expresión y de arte de las más antiguas de la humanidad, sino que hoy tienen diversas ramas, la mayoría de ellas relacionadas con el bienestar y la salud.

Su esencia no es otra que el movimiento, “teniendo como finalidad o propósito la conexión entre emoción, expresión y música, lo que permite encontrar modalidades de comunicación más profundas e íntegras, y esto repercute en el encuentro con los demás”, explica la doctora Patricia Mejía de los Ríos, psicóloga, miembro del Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic).

Entre sus múltiples beneficios resalta que “mejoran la capacidad expresiva a través del lenguaje o comunicación no verbal, favorecen los procesos de aprendizaje y estructura el esquema corporal, y una comunicación introspectiva: información sobre nuestro yo interno, mejorando también las relaciones interpersonales; estimulando la creatividad y favoreciendo la espontaneidad”.

Recuerda que técnicas como la sensopercepción, que se le debe a la bailarina y pedagoga argentina Patricia Stokoe, parten del redescubrimiento de los sentidos kinestésico, visual, auditivo, térmico y olfativo, para buscar una actitud consciente y sensible hacia uno mismo. Así se encuentra un lenguaje corporal propio con el cual sentir, expresar y comunicar de una manera integrada, auténtica y creadora.

De ese gran y maravilloso universo hace parte la danzaterapia, conocida como la utilización psicoterapéutica del movimiento y de la danza para poder alcanzar y lograr la integración de todos los diferentes procesos cognitivos, emocionales y corporales que se presentan en el individuo, explica la especialista.

Y técnicas blandas de la danza contemporánea, como el release, la improvisación o la danza contacto, “traen dentro el germen de la inclusión. Son prácticas respetuosas con las diferencias de cada persona, que no buscan un cuerpo homogéneo ni que todos se muevan de la misma forma”.

En el ejercicio profesional, los psicólogos que realizan prácticas psicoterapéuticas grupales, a través de medios de expresión artística como las mencionadas, evidencian los progresos y el impacto en los procesos personales de los consultantes.

Danzaterapia contra la depresión

Incluso, en problemáticas como la depresión, que hoy tiene tanto impacto en la población, la danza ayuda muchísimo. “Una vez superada la parte crítica de la misma, la danza permite recuperar la conexión consigo mismo, la soltura, la capacidad lúdica, la espontaneidad. Es una actividad física, sensible, que no tiene formas específicas de experimentarse, como en el aprendizaje de un baile como la salsa. Al ser tan libre y a su vez con una estructura deja la sensación de libertad y confianza”, explica la especialista del Colpsic.

Precisamente, una cualidad principal de la danza contemporánea es la libertad, “pues no hay limitaciones ni reglas en cuanto al uso del espacio, de la música, el número de intérpretes, el nivel técnico necesario, la coreografía, el vestuario o la condición física”.

Así que, es hora de darle una mirada diferente a la danza y a la vez beneficiarse de ella de otra manera. Para comenzar, puede serle de gran utilidad la danza terapia y la danza contemporánea, para lograr expresar esas emociones que parecen atascadas, esos sentimientos que tienen en lo más profundo y para descubrir facetas de su personalidad que no conocía.

“Es un medio para fomentar la salud física y mental mediante el fortalecimiento de los músculos, la alineación y corrección de la postura corporal, el trabajo de expresión, concentración, relajación y respiración, liberación de estrés, y refuerzo de la autoimagen”, concluye la doctora Patricia Mejía de los Ríos, psicóloga.

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