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La importancia de ‘armar’ su árbol genealógico

by Ser saludables
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La información que se reúne es valiosa para saber de qué sufrieron nuestros antepasados y tomarla como un parámetro que permita cambiar hábitos de vida para prevenir enfermedades.

 

Trece millones de personas y once generaciones distintas conforman el árbol genealógico más grande que se ha podido armar a la fecha.

Todo gracias al boom tecnológico y a Geni.com, una base de datos online con más de 86 millones de enamorados de la genealogía, sus historias y sus antepasados.

Claramente no fue una tarea fácil, pero el resultado ha sido tema de interés para muchos científicos, como las investigadoras del New York Genome Center, los investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Cambridge, del Departamento de Biología Celular de Harvard, y de institutos de genética y algunos laboratorios, quienes analizaron esos datos y fueron más allá, en busca de actas de defunciones y otros documentos y estudios que permitieran extrapolar información útil para la ciencia en aspectos como herencia, mutaciones, transmisión de enfermedades, medio ambiente y hábitos de vida en relación con la salud, entre muchos otros.

Los resultados, publicados en la revista Science News, confirman cómo las costumbres, la cultura, las nuevas formas de vida gracias a los modernos sistemas de transporte, el acortamiento de las distancias y hasta la forma de comer y de moverse explican muchas cosas de la población de hoy.

Por ejemplo, es claro que la industrialización alteró inmensamente el trabajo y la vida familiar; alejó a los parientes y en muchos casos transformó tanto su cotidianidad que dejaron de hacer parte de familias sanas, para empezar a tener casos de obesidad, sedentarismo y hasta problemas de infertilidad.

Otro caso típico es el de las comunidades asiáticas, en donde sus hábitos de alimentación y su contextura delgada se ha transformado al comenzar a vivir a comunidades o zonas con costumbres occidentales, teniendo incluso problemas de sobrepeso y riesgos cardiovasculares.

¿Cuál es su historia?

Sin ir tan lejos, los especialistas consideran importante conocer esta historia, pero también su presente y, ante todo, prevenir a futuro, y por eso hacen “una invitación” a modificar los hábitos cuando se encuentran resultados que predicen alguna enfermedad o que revelan un historial al respecto en varias generaciones.

Para el doctor Enrique Melgarejo, médico cardiólogo, expresidente de la Sociedad Colombiana de Cardiología, es importantísimo conocer el árbol genealógico familiar, porque aporta una información valiosa tanto para el médico como para cada persona y para su entorno.

Expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), de Atlanta (Estados Unidos), señalan que, definitivamente, esos “antecedentes familiares pueden contener claves importantes sobre el riesgo que usted tiene de contraer enfermedades”. Por eso hay que preguntar y estar informado sobre el tema, dado que si bien no es posible cambiar los genes, sí se pueden modificar los estilos de vida.

No obstante, hay que reconocer que hoy no es tan fácil recopilar toda esa información, porque la historia misma de las familias ha cambiado, y en algunos casos las personas prefieren a sus parejas y no a sus familias, o no las conocen o han tenido conflictos entre ellos: “importa más la familia de vida, no la de sangre”.

Aún así, vale la pena hacer el esfuerzo de investigar y de unir la mayor cantidad de datos posibles, y de ser necesario acudir a antiguas formas de comunicación como el correo, las misivas o cartas, si no se tiene por WhastApp a los familiares.

Este ejercicio resulta clave, como explica la doctora Paula Margarita Hurtado V., especialista en genética médica, del Centro Médico Imbanaco, en Cali, porque esa historia familiar en salud, es decir, la información sobre la salud propia y la de los familiares, incluidos los antepasados, puede aportar datos valiosos sobre “factores de riesgo importantes que pueden aumentar sus posibilidades de sufrir problemas médicos, como insuficiencia cardíaca, derrame cerebral, diabetes, cáncer entre otros”.

Para reunirla, agrega la especialista, podemos comenzar hablando con los familiares más cercanos (primer y segundo grado de consanguinidad: es decir padres, hermanos, tíos, sobrinos, hijos, abuelos) sobre condiciones de salud que se han presentado en cada uno y las que recuerdan.

Los datos iniciales nos ayudan a construir el árbol genealógico y lo podemos ir ‘armando’ con nuestro estilo y creatividad, sea manual o con las ayudas tecnológicas, ya que hoy se tienen programas gratuitos que cumplen este objetivo y permiten que la tarea sea agradable e interesante.

Para completar la información hay que aprovechar algunas reuniones familiares, sean de cumpleaños o en épocas como Navidad o Año Nuevo, no para ponerse triste por los familiares que han fallecido, sino para rendirles homenaje y recordar anécdotas que pueden llevar a descifrar por qué algún ser querido tenía ojos azules y cabello rubio, cuando todos los demás eran de ojos cafés y pelo negro. En la historia del tatarabuelo podría estar la respuesta.

¿Qué hacer con la información?

Toda esta información del árbol genealógico es fundamental para su médico de cabecera y para los especialistas, quienes podrán ordenarle algunos exámenes y pruebas que le orienten en el camino a seguir.

Señala el doctor Pablo Gómez Cusnir, médico urólogo, que en el caso del cáncer de próstata, “un hijo tiene 17% de posibilidades de heredar el cáncer; si además del padre ha tenido un hermano con cáncer en próstata, esta posibilidad sube al 25% y si son dos, al 35%”.

En el caso de la diabetes, la Asociación Americana de Diabetes, indica que cuando ambos padres son diabéticos, el riesgo de heredar la enfermedad es muy alto. “Si es un hombre con diabetes tipo 1, las probabilidades de que su hijo tenga diabetes son 1 de 17; si es una mujer con diabetes tipo 1 y dio a luz antes de los 25 años, el riesgo de su hijo es 1 de 25; si lo tuvo después de los 25, el riesgo de su hijo es 1 de 100”.

Igual sucede con muchas otras enfermedades, porque esta información, dice el doctor Enrique Melgarejo, cardiólogo, puede mostrar una tendencia en temas como la hipertensión e incluso en el cáncer. “La gente que tiene cáncer de seno, de tiroides o de colon, suele encontrar que algunos de sus descendientes tenían este tipo de problemas; en algunos casos, las enfermedades se pueden detectar precozmente o ante un marcador positivo de susceptibilidad se puede actuar a tiempo para prevenir su desarrollo”.

Hombre prevenido vale por dos

Este dicho popular encaja perfectamente en el tema de salud, porque al conocer la historia familiar y poder armar su árbol genealógico, podrá asumir un estilo de vida diferente, que le ayude a prevenir enfermedades.

Se trata de tomar con seriedad la información y no angustiarse frente a los hallazgos, sino actuar. Por ejemplo, si tiene riesgo de diabetes, su alimentación debe ser balanceada y adecuada; debe hacer ejercicio y controlar sus niveles de azúcar regularmente; si tiene antecedentes familiares de cáncer de próstata, al cumplir sus 40 años de vida (o antes, si lo sugiere su médico) debe iniciar sus chequeos regulares y atender las recomendaciones de su urólogo.

Si hay un historial de obesidad y sobrepeso, conociendo el riesgo y las complicaciones que de ello se derivan, es fundamental establecer en su hogar hábitos saludables: salir con los hijos a pasear, a correr o realizar alguna actividad física, y comer de forma balanceada, limitando la ingesta de grasas y azúcares y elevando el consumo de frutas y verduras, entre otros consejos. Una labor que, en familia, da mejores resultados.

Una costumbre sana

¿Sabías que en países como Estados Unidos, Canadá o Corea del Sur, el tema de los antecedentes médicos familiares es determinante? y no como algo ‘obligatorio’ en un sentido estricto, sino como parte de su cotidianidad, de sus temas de conversación normales o tradicionales.

Por ejemplo, en Corea del Sur las familias se reúnen en fechas especiales como la celebración del Chuseok (추석), el gran festival de la cosecha, para recordar a sus antepasados, a quienes rinden tributo, sin importar que tengan que recorrer largas distancias para visitar sus pueblos ancestrales, porque entienden la importancia de estar juntos para mantener las tradiciones, la cultura y el folclor, y recordar cómo vivieron sus ancestros.

El Chuseok suele celebrarse en septiembre. En esa semana, según Visit Korea (Guía Oficial de Turismo de Corea), se “realizan rituales de agradecimiento a los ancestros por la abundante cosecha, y se comparten deliciosos platillos en familia”, como el songpyeon (송편) y vinos de arroz como sindoju (신도주) y dongdongju (동동주), entre otros.

En Estados Unidos, estos temas también tienen relevancia y por eso, la Dirección General de Servicios de Salud propuso declarar el Día de Acción de Gracias como Día Nacional de los Antecedentes Médicos Familiares, para aprovechar esta festividad, en la que las familias se reúnen, y hablan de temas como el origen de la familia, los países de donde provienen allegados y miembros del hogar, enfermedades, longevidad, entre otros. Se celebra el cuarto jueves de noviembre.

En México también está muy arraigado el tema de rendir tributo a sus antepasados y esto incluye fiestas como el Día de Muertos, declarado en 2008 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por Naciones Unidas. Este tipo de encuentros que revive tradiciones, costumbres y recuerdos son claves para las familias, quienes no ven como algo negativo hablar de quienes han fallecido ni de sus enfermedades, entre muchos otros temas, sino que lo hacen con orgullo y reconocimiento.

En otras culturas y países no suele ser tan tradicional hablar de los antepasados, o no de forma abierta, y por eso mismo, resulta también difícil hablar de enfermedades, de riesgos de estas, transmitidos genéticamente; es como si se prefiriera no estar enterados de nada, y esto puede ser negativo en materia de salud.

En Colombia, como señala y propone un artículo publicado en el periódico Paciente al Día, ojalá se instaurara una fecha para celebrar en familia, recordando a nuestros ancestros y para hablar de antecedentes médicos familiares, en donde el “árbol genealógico en salud fuera una tema de conversación, en un ambiente agradable, cultural y animado, lo que sería determinante en materia de prevención”.

 

Escrito por
Carolina Sánchez, investigadora de la cultura coreana y Reportera Honoraria de Korea.net y Marisol Ortega Guerrero Periodista especializada en Salud

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