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En busca del equilibrio sexual

by Ser saludables
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Cuando la vida sexual se altera, muchas cosas pueden estar pasando a su alrededor y en su interior. Si no sabe qué hacer, asesórese y no deje que la rutina dañe su relación.

 

Una retroinspección y un análisis minucioso de su cotidianidad pueden darle una idea de lo que ocurre en su vida de pareja, mucho más cuando la monotonía o la falta de deseo están presentes. Es posible tomar correctivos a partir de ello. En otros casos, lo mejor es consultar con un especialista.

Al respecto, la doctora Nereyda Lacera, médica sexóloga, autora del libro ‘Revolcando mi cama’, recuerda que hay factores físicos, psicológicos y ambientales que inciden en que se tenga una sexualidad plena.

En cuanto a los factores psicológicos o psicoemocionales, entre los que se incluyen la depresión y el estrés, agrega que también hay que prestarles atención, porque “son los principales causantes psicológicos de la falta de deseo sexual”.

En lo físico, hay que tener en cuenta que “cualquier afección que afecte la salud y bienestar general también puede afectar la salud sexual”, dicen especialistas de Mayo Clinic, y eso incluye una larga lista de posibilidades, como tener algún problema cardiovascular (hipertensión, haber sufrido un infarto), diabetes, problemas hormonales, alguna lesión o fractura. Incluso, “los medicamentos que se utilizar para tratar algunas de ellas, también podrían inhibir la respuesta sexual”.

En ese caso, es importante dialogar, tener una buena comunicación, y establecer otras maneras de compartir, mantenerse cerca y cuidarse mutuamente, mientras pasa el momento o se estabiliza un tratamiento y se hacen algunos ajustes en la vida diaria.

En tercer lugar, están los factores ambientales relacionados con la pareja y su entorno. La lista también puede ser larga: exceso de trabajo, fatiga crónica, problemas económicos, conflictos de pareja no resueltos, resentimientos, maltrato, pocos espacios para la intimidad, muchos distractores (la presencia de los niños; el estar conectados todo el tiempo a la internet, pegados al televisor, a la tableta o al celular) que hacen que no se tenga un estímulo adecuado para estar juntos e impiden un encuentro placentero.

Lo ideal es analizar estos aspectos y buscar, ingeniar o crear estrategias para superar muchos de esos obstáculos, a veces con soluciones sencillas, como volver a enamorar a su pareja, sorprenderla con una cena inolvidable o escaparse juntos una noche. En otros, hay que entrar en un proceso de terapia de pareja.

Por eso, cuando el deseo sexual esté afectando el bienestar de la persona y hay molestias en la pareja, o si ya no hay deseo o ha empezado a desaparecer, la solución no es otra que consultar con el especialista.

“En la consulta sexológica se hace una valoración física, se solicitan exámenes hormonales, porque recordemos que las hormonas están implicadas directamente en el deseo sexual y en la respuesta sexual en general, y si hay algunas condiciones físicas que puedan estar afectando, también hay que valorarlas y corregirlas”, dice la doctora Lacera.

¡Cero estrés!

Un aspecto importante para recuperar la sexualidad y que esta sea placentera es el manejo del estrés, considerado por algunos expertos, el mal del Siglo XXI.

“Cuando uno tiene un estrés crónico está desadaptado, se siente mal, no se puede concentrar, está irritable, y eso hace que inclusive se disminuya la conducta sexual”, dice el doctor Jorge Téllez Vargas, director científico de la Asociación Colombiana contra la Depresión y el Pánico.

Este tema se vuelve un círculo vicioso, porque si hay estrés mal manejado (distrés), se altera su vida familiar e íntima de forma progresiva, y cuando esto pasa, si no se sabe qué hacer o no se hace nada, ni se busca ayuda, la angustia y el estrés crecen, aumenta la producción de neurotransmisores que contrarrestan el deseo sexual y todo es un caos.

Con una asesoría especializada se pueden establecer las causas del poco deseo sexual, así como los mecanismos para activar este, incluyendo terapias de relajación, ejercicio físico adecuado, un estilo de vida sano y hasta “tareas eróticas”, agrega la sexóloga.

Consejos y recomendaciones

La doctora Nereyda Lacera, médica sexóloga, quien recién publicó su libro ‘Revolcando mi cama’, aconseja:

  1. Informarse, conocer estos temas y saber que tienen solución.
  2. Reconocer cuando sentimos que algo está fallando en nuestra disponibilidad sexual, en nuestra intimidad, en nuestro grado de satisfacción o en el encuentro que tengamos con la pareja. Tomar conciencia y buscar ayuda.
  3. Tener una comunicación franca y abierta con la pareja estable, si la hay. “La comunicación sexual nos hace mucha falta, porque hablamos de todo, pero menos de sexo y cuando lo queremos hablar lo hacemos con vergüenza, con miedo a ser cuestionados o rechazados”.
  4. Revisar qué situaciones ambientales están afectando. Recordemos que hoy en día los distractores cada vez aumentan: el televisor o el computador encendido, el celular, la presencia de los niños, las mascotas que están durmiendo en la alcoba de las parejas; todo eso va afectando el deseo sexual, a veces sin darnos cuenta.
  5. Otro factor importante, casi que es el enemigo de lo sexual, es la monotonía, sobre todo en las parejas que ya tienen una convivencia larga. “No dejemos que la rutina vaya afectando nuestra vida sexual, pellizquémonos: de vez en cuando hagamos una vida romántica, compremos unas velas o unos aceites, sorprendamos con una ropa interior bonita, coqueta; todos eso pequeños detalles nos sacan de la rutina sexual, que es el principal enemigo del deseo”, concluye la doctora Lacera.

La asesoría especializada puede ayudarle a encontrar la causa de sus problemas y, sobre todo, a solucionarlos. La terapia de pareja es una opción, acompañada de consejos que permitan revivir la llama del amor.

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