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Falla cardíaca, un corazón a punto de quedar ‘sin aliento’

by Ser saludables
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Diferentes enfermedades y condiciones pueden llevar a que su órgano vital no cumpla las funciones que debe, «desprogramando» todo su organismo. Un estilo de vida sano resulta clave para prevenir daños.

Cuando el corazón no entrega la cantidad de sangre suficiente para cubrir las necesidades del paciente y nutrir todos los órganos, se altera la forma en que todos los sistemas de órganos funcionan e interactúan entre sí y poco a poco el paciente ve cómo se afecta su calidad de vida.

Esta situación se conoce como falla cardiaca y puede presentarse con función reducida del corazón, que es la más común y se conocía específicamente de insuficiencia cardiaca, o con función normal del corazón, en cuyo caso son otros los factores que no permiten que la bomba cardiaca trabaje adecuadamente.

Dentro de las causas más frecuentes de falla cardiaca están la enfermedad coronaria y la hipertensión arterial. Esta última, explica el doctor Enrique Melgarejo, médico cardiólogo de la Sociedad Colombiana de Cardiología, por sí misma genera “resistencia de las arterias a que la sangre fluya, y el corazón tiene que hacer más fuerza para poder eyectar su sangre; comienza a fatigarse, primero se hipertrofia, se vuelve más grueso para poder bombear sangre y después se debilita y se dilata, y es lo que se llama la falla cardiaca congestiva”.

En la Actualización 2017 del Consenso Colombiano para el Diagnóstico y Tratamiento de la Insuficiencia Cardiaca, de la Sociedad de Cardiología, se mencionan otras causas primarias como enfermedad valvular significativa y miocardiopatías, y secundarias, por cardiotoxicidad por alcohol, por ciertos fármacos, posparto, autoinmune, de causa endocrina o nutricional (como déficit de vitamina B). A estas se suman tener diabetes no controlada, que va dañando las arterias y predispone a un infarto.

La fatiga y la falta de aliento son señales de que algo puede no estar bien en su organismo. Por eso, es importante consultar de inmediato y beneficiarse de un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado y supervisado.

Mensaje de su organismo

Para los expertos, resulta de vital importancia el reconocimiento de signos tempranos de descompensación, que motiven una consulta a tiempo para recibir el diagnóstico preciso y por ende un tratamiento adecuado, que permitan prevenir complicaciones, reducir el número de ingresos hospitalarios y mantener la calidad de vida.

Al respecto, el doctor Héctor Villarraga, de la  División de Ultrasonido Cardiovascular – Departamento de Medicina Cardiovascular de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, llamó la atención sobre los signos y síntomas como asfixia cuando camina o cuando se acuesta plano en la cama, tener que levantarse en la noche a tomar aire o sentir la necesidad de poner varias almohadas porque si se acuesta plano no puede tomar aire.

También se incluyen la capacidad disminuida para practicar alguna actividad física, aumento de tiempo de recuperación después del ejercicio y el edema maleolar o acumulación de líquido en los tobillos, que causa hinchazón. Menos típicas son la tos nocturna, las sibilancias, la pérdida de apetito, las palpitaciones y la confusión (especialmente en adultos mayores).

Estas señales de alerta ameritan consulta inmediata, teniendo en cuenta que se ha avanzado mucho en materia de diagnóstico y tratamiento, y es muy importante conocer a tiempo qué tiene la persona para actuar también de manera oportuna, evaluando el caso particular, el estado del paciente y si tiene o no comorbilidades, como fibrilación auricular, enfermedad renal crónica, anemia y déficit de hierro, diabetes mellitus, hipertensión, síndrome de apnea del sueño, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), obesidad, depresión, ansiedad, enfermedades tiroideas o asma, entre otras.

La ecocardiografía se considera hoy la mejor herramienta “para el estudio de la etiología de la insuficiencia cardiaca, pues aporta información sobre la estructura y función miocárdica y permite clasificar la insuficiencia cardiaca”, se precisa en las Guías.

En cuanto a tratamiento, afirmó el doctor Villarraga, conferencista invitado al II Simposio de Falla Cardíaca e Imágenes Cardiovasculares, realizado en la Fundación Cardioinfantil – Instituto de Cardiología, en Bogotá, hoy se tienen terapias médicas definidas por guías de tratamiento, es decir, que están estandarizadas según el tipo de falla cardiaca que tiene el paciente, algunas de ellas con medicamentos de nueva generación, en especial vasodilatadores, que reducen la carga del corazón.

Pero, sin duda, insisten los especialistas, la prevención es la clave, máxime si se tiene en cuenta que un 50% de los pacientes con falla cardiaca, así sean función preservada o con función disminuida, pueden morir a los cinco años, según promedios estadísticos, porque al fallar el corazón se afectan todos los órganos del cuerpo, lo que eleva el riesgo de infarto, de presentar una descompensación, insuficiencia renal, daños en el hígado o en los pulmones y hasta requerir un trasplante cardiaco.

La idea es prevenir daños y complicaciones. Una invitación tanto para hombres como para mujeres, teniendo en cuenta que la incidencia es muy similar en unos y otros, aunque se ha visto sí que las mujeres se demoran más en consultar.

Por lo demás, es fundamental modificar los estilos de vida. Esto significa, balancear la comida, hacer ejercicio, mantener un peso adecuado, así como niveles de azúcar en sangre óptimos, aprender a manejar el estrés, controlar la tensión arterial y descansar lo suficiente. También, dejar el cigarrillo y no abusar con el consumo de alcohol.

“En el tema de la alimentación, hablamos de la regla de oro y esta significa que cuando se tiene un plato de comida, dos terceras partes tienen que ser frutas y vegetales; en la tercera distribuir carbohidratos complejos, y en la cuarta, proteínas, preferiblemente pollo, pavo, pescado y carne de res menos”, explica el doctor Villarraga.

Con los años, el corazón se agranda para compensar el mayor esfuerzo requerido, y llega un momento en que el músculo cardíaco está demasiado elongado y la cavidad dilatada, con paredes muy delgadas que impiden bombear la sangre bien. Esto provoca que el oxígeno necesario no llegue a algunas partes y la sangre no bombeada adecuadamente se represe.

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